La pérdida constante de buques mercantes y buques de guerra a causa de los choques de éstos contra los acantilados aceleró la tecnología del cemento Al construir el tercer faro de Eddystone 1759 en la costa de Cornualles en el suroeste de Inglaterra se descubrió una mezcla de cal arcilla y escoria triturada de hierro que produjo un mortero que se endurecía bajo el agua